Mientras que nosotros vemos leche en el vaso de cada desayuno, los veganos (personas que siguen el tipo de dieta vegetariana radical) ven las ubres de las vacas conectadas a una máquina extractora. El chuletón en su punto de la comida les recuerda que una vez hubo un cerdo hacinado junto a otros comiendo anabolizantes y retozando excrementos. En la tortilla de la cena, los veganos ven gallinas apiladas, con la luz encendida no vaya a ser que duerman, dejen de comer, crecer y producir. Lo ven y, como no les parece justo, no lo comen.
A diferencia de la dieta vegetariana, el veganismo es una forma de vida a la que cada vez se apunta más gente en España, con una ética que rechaza cualquier tipo de explotación animal ya sea en la industria de alimentación, del entretenimiento o en la ciencia.
Es más, existe en nuestro país un partido defensor de estas ideas, el Partido Animalista contra el Maltrato Animal (PACMA), en el que todos los miembros de la junta directiva son veganos. Fundado en 2003 con la intención de influir en el Gobierno pero no de obtener el poder, consiguió 102.144 votos en las Elecciones Generales de 2011 (sin conseguir representación). Según explica Silvia Barquero, portavoz de este partido, "En nuestros programas electorales defendemos el veganismo y el vegetarianismo y pedimos que se incluyan dietas de este tipo en colegios públicos, instituciones penitenciarias, hospitales, etc..."
Anabel Sánchez y Laura Herreras
Esta nota es una estupidez. La OMS y muchísimas organizaciones de la salud en el mundo sostienen que una alimentación vegana bien planificada es apta para todas las etapas de la vida, incluidas infancia y vejez. Es muy fácil hablar de lo "radical" que es una dieta cuando no es uno el que es explotado hasta la muerte. Y los nutrientes que tienen los huevos y la leche se pueden encontrar en el mundo vegetal. Antes que escribir, deberían informarse. Saludos
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