viernes, 7 de junio de 2013

Defendiendo los valores de la cultura propia

Mandawuy Yunupingu, quien falleció el pasado 2 de junio, era la encarnación de la voluntad de integración de muchos aborígenes australianos.
Cantante del grupo Yothu Yindi, que convirtió en himnos temas como Treaty y Tribal voice, también destacó como educador. Mandawuy defendió con textos académicos y en la práctica el sistema conocido como Ambos Caminos: se buscaba integrar las tradiciones aborígenes y el plan de estudios nacional, bajo la dirección de profesores nativos.
La penosa situación de los aborígenes sigue siendo una asignatura pendiente en Australia. Yunupingu fue el primero de los habitantes de la reserva de Arnhem Land en pasar por la Universidad. Pertenecía a los gumatj, uno de los 16 clanes del pueblo aborígen, y seguía sus costumbres: adquirió el nombre de Mandawuy tras la muerte de un respetado antecesor.
Entendía la música como un instrumento poderoso para exigir justicia social y mejorar el entendimiento con los balanda, el resto de los australianos. De hecho, no tuvo ningún problema en trabajar con músicos balanda cercanos al rock o en aprovechar la tecnología puntera de los estudios de grabación. Instrumentos autóctonos como el bilma y el yikadi se integraban con los teclados, la batería o las guitarras eléctricas.



 En tiempos donde la globalización está alcanzando todos los rincones de la tierra, sigue habiendo personas que luchan contra aquellos que, más que intentar formar una sociedad multicultural, están creando una común para todas las etnias existentes, tratando de unificar costumbres. Ante este hecho, numerosos personajes han intentado hacer mella en la sociedad para reivindicar los derechos de sus pueblos, personajes tales como Bob Marley en Jamaica, que trató de defender a su pueblo, entre otras actuaciones, mediante la música; o como este nombrado aborígen australiano: Mandawuy Yunupingu. Es importante que estas etnias con cultura propia la mantengan como símbolo, ninguna cultura es mejor ni peor que otra, simplemente diferentes. Es más, es precisamente la diversidad cultural la que nos hace abrir la mente hacia otras actitudes que podríamos en un principio creer disparatadas. De esta manera todos aprenderíamos de todos, aprenderíamos a ser más tolerantes (principio que últimamente falla) y a respetar a los demás. En esta sociedad occidentalizada hay muchísimos aspectos que podríamos mejorar tomando valores de otras sociedades.

Y vosotros, ¿Qué os parece la globalización? ¿Creéis que es positiva o negativa?

Anabel Sánchez y Laura Herreras

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