Hoy en día la mayor parte de la población tiene un perfil en alguna red social. Esto que antes se veía como algo propio del futuro, se está convirtiendo en una de las cosas más cotidianas. Para un adolescente es normal estar conectado las 24 horas del día a algún lugar donde estar hablando continuamente y mandándose mensajes con el resto de sus amigos. Por ello, una persona puede parecer alguien extrovertida, cuando quizás realmente no lo sea. Cuando llega el momento de estar cara a cara con alguien, y tener una conversación más o menos seria no somos capaces de relacionarnos de la misma forma de la que nos relacionaríamos con una pantalla de por medio. ¿Necesitamos, entonces, Internet para ser sociales?
Desde mi punto de vista Internet nos ha ido abriendo puertas y más puertas a medida que ha ido avanzando. Comenzó siendo un lugar donde consultar dudas, más tarde se consiguió mandar emails, hasta el día de hoy, en el que se considera raro a aquel que no se comunica con una o más personas por programas como Whatsapp, Twitter, etc todo el tiempo. En mi caso por ejemplo, debo admitir que me paso el día entero con el móvil. Quizás abuse de ello, ya que puede que me esté perdiendo cosas importantes del día a día al estar siempre mirando una pantalla, pero aun así no me considero adicta a ello. Hay personas que sólo son capaces de comunicarse si es por medio de una pantalla, y creo que con el tiempo eso puede convertirse en algo preocupante. Aunque Internet sea lo más cotidiano en la actualidad, hay que continuar relacionándose con las personas como se ha hecho siempre, cara a cara. No es algo anticuado, tampoco eres más “friki” por ello. Simplemente es la forma que nos quedará siempre de comunicarnos, y seguramente, la más bonita de hacerlo.
María Sánchez
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