Según Miguel Rodríguez Méndez , el cambio climático no tiene solución, por lo menos en este mundo, y en los mundos que vengan después, nada sabemos.
El razonamiento es casi demasiado simple: Las economías se basan en el
crecimiento de la producción; el aumento de la producción implica
aumento en el gasto de energía y aunque las llamadas energías limpias
aumentan, lo hacen sin que disminuya lo más mínimo el uso de las otras,
que seguirán demandándose mientras sean rentables (es decir, hasta que
se agoten).
Con la crisis hemos podido observar que pasa si no hay crecimiento: histeria en los mercados, los gobernantes, los medios y los ciudadanos. Es necesario, por tanto, aumentar la producción, aunque lo que se produzca sea un conjunto de inutilidades.
Esto es lo que dice Miguel Rodríguez Méndez: "Pues, nada, ¡a producir! Pero, por favor, ¡basta de reuniones contra el cambio climático!"
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