Como ya sabemos, desde hace unos meses se desarrolla una guerra entre tropas francesas y yihadistas en Malí.
Hasta ahí no hay nada nuevo; muerte de personas inocentes, intereses económicos, fanatismo, violaciones, etc; pero la situación se torna mas dramática, si cabe, al observar como la pobreza de la zona está llevando a niños a combatir con las tropas terroristas, que les prometen dinero y el paraíso si mueren por la Yihad.
“Son nuestros niños. ¿Qué saben ellos de la guerra? Están enviando a
nuestros inocentes a ser asesinados en el nombre de la yihad. ¿Qué tipo
de Islam es éste?” Se pregunta indignado un anciano maliense.
Son niños. Deberian estar jugando, disfrutando de la libertad que les arrebata la pobreza y el hambre. Hambre falsamente acallada por un dinero envenenado que les llena la boca, pero también les vacía un cargador en el pecho.
¿Y todo esto por qué? Por los intereses, como siempre, de cuatro personas que disfrutan de la vida sentados en sus palacios con un puro en la boca cuyo humo negro arrasa campos, aldeas y vidas.
Intento ser optimista, pero ¿como podemos evitar estas situaciones? ¿como podemos salvar la vida de niños inocentes que son obligados por el hambre a morir?
Hasta que no aceptemos que el mundo es un unico pais, hasta que no aceptemos que todos somos e la misma sangre y que debemos permanecer unidos; sin odio, sin rencor,sin maldad...; no podremos hayar la respuesta.
Hasta entonces, como humanos que somos, debemos comenzar a cambiar primero por nosotros mismos, para poder cambiar el mundo.
Iván Melegatti
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