sábado, 15 de junio de 2013

De nuevo siria..

Siria, que recordemos sufre una guerra civil entre las tropas de Bashad Al Asad y el ''ejercito de liberación siria'', está de nuevo en portadas de periódicos internacionales. En este caso, se trata de una ''buena'' noticia, puesto que se anuncia la intervencion del todopoderoso Estados Unidos.
Esta, recalco, ''buena'' noticia se produce ante la confirmación del ya sospechado uso de armas química en esta guerra por parte del gobierno; lo que ha causado 90.000 bajas según cálculos de la ONU.
 El plan de intervención sera discutido en la cumbre del G8, pero Obama ya confirma que dotará de armamento a los rebeldes y creará una zona de exclusión aérea para impedir el bombardeo de los aviones del régimen.


Dicen que el fuego se apaga con fuego; pero el fuego acaba quemando. De nuevo, papi EEUU hace su gran aparición como liberador y defensor de los derechos humanos. ¿Y como lo hacen? Violando a su vez el derecho fundamental del ser humano; el derecho a la vida.
Podría pensarse; matan a personas que están intentando matar a los rebeldes sirios; pero, ¿hemos de rebajarnos a su altura? o incluso podemos preguntarnos ¿Esas personas, al igual que los rebeldes, no tienen familia, hijos, padres...?. Partimos del hecho de que son personas..

Como ya advertí en mi ultima noticia publicada, el mayor problema al que nos enfrentamos es el conflicto entre potencias ''no relacionadas'' con el conflicto, pues como ya hemos dicho, EEUU apoya a los rebeldes y Rusia apoya al ejercito de Al Asad; lo que recuerda aquellos tiempos en el que un muro de hormigón separaba el mundo.
Esta situación es de gran complejidad. Históricamente hablando, la pasividad que ha tenido el mundo ante alguno de estos sucesos ( como la pasividad ante la amenaza nazi) generó un conflicto aun mayor pero, en este caso, ¿a quien apoyamos; a un dictador o a grupos islamistas radicales?. Estados Unidos se ha decantado por apoyar a la población, controlada por los grupos radicales islamistas, como ya hizo en la revolución Irán con el apoyo a los talibanes. Todos sabemos el resultado.
La solución radica en la paz, pero, ¿como conseguirla sin derramamiento de sangre?.

Llamo a la reflexión sobre la estupidez humana.

Iván Melegatti Fernigrini

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